lunes, 30 de enero de 2012

MASTURBACIÓN, VOYEURISMO…

RUTH BERNHARD 


“El masturbador es un espectador de sus propias fantasías, ya las encuentre transcritas en las imágenes de la literatura pornográfica, ya las elabore con recuerdos de escenas realmente vividas o extrapoladas de la realidad; es decir, que responde principalmente a las solicitaciones de su mirada”.


 JOSEP SANTILARI

“En ciertas circunstancias, goza en directo de escenas reales; el masturbador es entonces un voyeur”.
“El masturbador amará la soledad, más aún, albergará la sensación, que se ha vuelto deliciosa, de estar forzado a la soledad, esto es, excluido, expulsado del espacio común”.
CATHERINE MILLET, Celos. La otra vida de Catherine M. Págs. 154-155

Las magníficas fotografías de RUTH BERNHARD y JOSEP SANTILARI estan tomadas de google.

viernes, 27 de enero de 2012

POESÍA, POESÍA… Ya se dijeron las cosas más oscuras.También las más brillantes.

El gusto por la poesía ha vuelto a mí tras años de no leer ni un solo poema. No puedo sino celebrarlo.









MARINA TSVIETÁIEVA, Cartas de Wilno (1934-1935).
El libro lo compré por el interés que despertó en mí la poesía de esta autora. Como he ido a Barcelona varios días en la primera semana de enero me ha ido bien por su ligereza.
La obra está en mi mesa con una pinza navideña que me ha servido para que no se levantar la tapa y poderla fotografiar.
Las Cartas tienen una extensión de 93 páginas que se alargan a 100 con las notas de los traductores. El título no tiene ninguna dificultad ya que son las cartas que, por azar, se encontraron en un desván de la casa de Natalia Hajdukiewicz, destinataria de las mismas, por uno de sus familiares en el año 2001, en Wilno (o Vílnius), Polonia.
Sobre la autora ya hice referencia en el comentario hecho con anterioridad sobre sus poesías.
Estas cartas están escritas desde Francia, donde se había instalado la autora, y recogen sus opiniones sobre diversos temas cotidianos y literarios. Las Cartas muestran la especial y peculiar personalidad de la autora en su forma de ver la vida. Me ha interesado menos que su obra poética.


FRAGMENTOS:
“… a partir de un cierto nivel de profundidad ya no hay –un yo en propiedad porque ya no hay- otro: todo está en uno y ese uno somos nosotros. Pero esto, lo siento más –con las mujeres. Y también con la naturaleza” (pp. 11 y 12).


Me ha gustado mucho este verso, recogido en alemán en la última carta de la autora, de un poema de Goethe titulado Consolación por las lágrimas:


“Las estrellas no se pueden desear:
Pues ya gozamos con su brillo”


RECOMENDACIÓN: Tiene un interés relativo aunque ayuda a conocer a la autora.







ÁNGEL GONZÁLEZ, Palabra sobre palabra.
Mi existencia blogger me ha inducido a volver a la poesía. Había leído mucha poesía de veinteañera pero luego la abandoné sin saber muy bien porqué. Visito algunos blogs de poesía y he entrado en contacto con algunos bloggers que la aprecian mucho y, poco a poco, he vuelto a ella. Este autor me gustaba ya en mi primera época y cuando vi este libro decidí comprarlo. Me gusta leer cada día, sobre todo antes de irme a dormir, unos cuantos poemas, por lo que el libro lo he tenido en mi mesita de noche muchos meses. Leer poesía por la noche me calma y me aporta la paz necesaria para dormir con tranquilidad.


El libro tiene 496 páginas agrupadas por capítulos que recogían, a fecha de 1968, toda la poesía que había publicado el autor. La edición que tengo está actualizada incluyendo su obra poética hasta 1992.
Ángel González (1925-2008) es considerado uno de los más destacados representantes de la llamada generación de medio siglo. En 1985 obtuvo el Premio Príncipe de Asturias de las Letras, y en 1996 el Premio reina Sofía de Poesía Iberoamericana. En ese mismo año fue elegido miembro de la Real Academia Española.
No me voy a arriesgar a comentar poesía porque soy consciente de mi ignorancia. En poesía me dejo llevar por la intuición y la empatía que me producen los poemas cuando los leo. Hay algunos poemas que me gustaran siempre, lo he comprobado cuando he visto señalados poemas o versos en mis libros leídos cuando era veinteañera, otros que me pasaron inadvertidos en la juventud los disfruto ahora… y al contrario.
Me voy a limitar a dejar hablar al poeta.


“El escenario y el tiempo que corresponden a mi vida me hicieron testigo de innumerables acontecimientos violentos: revolución, guerra civil, dictaduras. Sin salir de la infancia, me convertí, de súbdito de un rey, en ciudadano de una república y, finalmente, en objeto de una tiranía. Regreso, casi viejo, a los orígenes, súbdito de nuevo de la misma Corona. Zarandeado así por el destino, que urdió su trama sin contar nunca con mi voluntad, me resigné a estudiar la carrera de Leyes (…). Larga y prematuramente adiestrado en el ejercicio de la paciencia y en la cuidadosa restauración de ilusiones sistemáticamente pisoteadas, me acostumbré muy pronto a quejarme en voz baja, a maldecir para mis adentros, y a hablar ambiguamente, poco y siempre de otras cosas; es decir, al uso de la ironía, de la metáfora, de la metonimia y de la reticencia. Si acabé escribiendo poesía fue para aprovechar las modestas habilidades adquiridas por el mero acto de vivir. Pero yo hubiera preferido ser músico –cantautor de boleros sentimentales- o tal vez pintor”.

Bunbury tiene una manera hermosa y diferente de interpretar este bolero (no sé si sería del gusto de Ángel González... ¿Qué opinas David Amorós?), Sacame de aquí…




Hay muchos poemas que me gustan y la selección es muy difícil. Uno de mis favoritos desde hace mucho tiempo es Muerte en el olvido:


Yo sé que existo
porque tú me imaginas.
Soy alto porque tú me crees
alto, y limpio porque tú me miras
con buenos ojos,
con mirada limpia.
Tu pensamiento me hace
inteligente, y en tu sencilla
ternura, yo soy también sencillo
y bondadoso.
Pero si tú me olvidas
quedaré muerto sin que nadie
lo sepa. Verán viva
mi carne, pero será otro hombre
-oscuro, torpe, malo- el que la habita…

Uno más reciente, y que me llega dolorosamente hasta muy adentro, Es la felicidad lo que hoy lamento:


No el dolor verdadero,
que enmudece;
sino esa sutil forma de tristeza
que no es apenas nada
más que ausencia de dicha.


miércoles, 25 de enero de 2012

El Club de la Lucha

El club de la lucha (última escena)
 DAVID FINCHER




Me gusta esta escena por la música, por su espectacularidad y, sobre todo, por su significado. El narrador sin nombre (Edward Norton) puede sentirse pleno y feliz porque ha logrado desembarazarse de alguien tóxico, su alter ego (Tyler Durden, Brad Pitt), que, aun inspirándole total confianza, le estaba perjudicando ya que le manipulaba e intentaba limitar su libertad imponiendo su criterio y su comportamiento obsesivo y enfermizo.
Ser capaz de matarlo, y librarse de él, genera esa sensación de liberación que se detecta en esta última escena (que pese a su grandiosidad coge al narrador sin nombre sin pantalones, circunstancia que lo humaniza más si cabe).


La sensación de liberación, y de volver a ser uno mismo, conlleva la necesidad de que no quede rastro, ni recuerdo alguno, de personas que han procurado lo contrario… 
¡¡Que se derrumben los edificios!!
 ¡¡¡Que no queden ni las cenizas!!!

lunes, 23 de enero de 2012

MIRÓ. LA ESCALERA DE LA EVASIÓN

SIN ARTE LA VIDA SERÍA UN ERROR
Nietzsche
Exposición en la Fundación Joan Miró hasta el 18 de marzo del 2012. Barcelona




La escalera, me dice un amigo, es un símbolo, en la interpretación de los sueños, manifestación de la satisfacción de un deseo. Quizás ese título trata de reflejar el deseo de Miró por alejarse (evadirse) de los acontecimientos para crear. Pero Miró era consciente de que, pese a su tendencia al aislamiento contemplativo, la creación debía estar arraigada en la realidad. Pese al deseo de evasión, Miró fue un artista comprometido con su tiempo. Ese compromiso, en diversas etapas de su trayectoria, es el que se puede rastrear en la exposición. La Cataluña natal de Miró, el conocimiento del surrealismo cuando viaja a París, el drama de la Guerra Civil española y su difícil posición durante la dictadura franquista, articula la exposición de forma atractiva e interesante ya que se pueden ver algunas de las obras claves del artista.

(…)EN EL ARTE EL HOMBRE SE GOZA A SI MISMO COMO PERFECCIÓN
Nietzsche


Selecciono algunas de sus obras según mi deseo en evasión y con el convencimiento de que el arte es donde el elemento creativo de la vida se manifiesta y expande con absoluta libertad.




Cabeza de campesino catalán, 1925

Fina estructura cruciforme con detalles dispersos alrededor. El fondo azul adopta el modelado de las pinturas de sueño que admiraban sus colegas surrealistas. Michel Leiris, escultor, comparó esta simplificación gradual de detalles con el vaciamiento de las prácticas de meditación orientales que conducen a la contemplación del vacío




Perro ladrando a la luna, 1926
Escena nocturna como si el misterio de la tierra fuera más insondable en la oscuridad. La escalera (de evasión) aparece simbolizando la posibilidad de ascender a una realidad superior sin renunciar al mundo terrenal.





Naturaleza muerta del zapato viejo, 1937
Reacción de Miró, desde París, ante la guerra civil. Vuelve al realismo. Dice: “Quiero que se sostenga al lado de una buena naturaleza muerta de Velázquez”. Un miserable mendrugo de pan y un zapato viejo, una manzana atravesada por un tenedor y una botella, como una casa en llamas… símbolos trágicos de una época.





Pintura-poema (“Una estrella acaricia el pecho de una negra”), 1938
“Una estrella acaricia el pecho de una negra/un caracol lame mil pechos/de los que brota la orina azul del papa-rey/que así sea”
Sexualidad terrenal… esta escalera de la evasión puede sugerir un distanciamiento de la realidad del mundo.




La escalera de la evasión, 1940
El estallido de la IIª Guerra Mundial atrapa a Miró y su familia en Varengeville-sur-Mer (Normandía). Sus pinturas reflejan tensión, angustia y esa escalera de la evasión está más presente que nunca.


Mujer soñando con la evasión, 1945
Una mujer en primer término, alarga el cuello con el deseo de alcanzar la escalera (de la evasión) que ha de conectarla con el mundo celeste. 


Mayo de 1968, 1968-1973
Los acontecimientos forman parte de la obra de Miró. La rebelión juvenil inolvidable de París. ¿Otra escalera de evasión hacia un cambio basado en la rebelión de los jóvenes?


Tela quemada I, 1973
“El fuego tiene reacciones imprevisibles. Destruye menos que transforma, actúa sobre lo que quema con una fuerza creativa que tiene magia. He querido pintar con el fuego” JOAN MIRÓ



Fuegos artificiales, 1974
Cada uno de los tres paneles está definido por una pintura negra de distinta opacidad, que el artista lanza una y otra vez contra las telas con grandes movimientos arqueados. El tríptico alude a la rebeldía creciente contra el agonizante franquismo.


 Las obras de Miró, igual que el vídeo, están tomadas de google. Los comentarios de las obras están inspirados en el folleto de la exposición pero re interpretados y con opiniones personales por lo que solo yo soy la responsable de ellos. Conocer a un nicheano me ha permitido leer la concepción del arte que tiene Nietzsche.


viernes, 20 de enero de 2012

TATIANA DE ROSNAY, Boomerang... ACCIÓN-REACCIÓN...

Estoy convencida de la existencia del efecto boomerang, tanto en la vida social y política, como en la vida personal. A veces, una tiende a pensar que quienes abusan, explotan, esquilman y se ríen de los débiles, saldrán bien librados y no habrá el esperado efecto de un comportamiento parasitario. Pero la historia nos dice que los tiempos son muy largos y que no podemos juzgar por lo inmediato. En lo personal también opino que el tiempo acaba poniendo a cada uno en su sitio y, aquí me quedo, que no es el tema.





TATIANA DE ROSNAY, Boomerang.
Esta obra me la recomendó mi amigo escritor, Jordi Navarro, pero finalmente la compró mi amiga gtb, que ya la ha leído y me la pasó a mí. Me habló tan bien que no pude resistir la tentación de leerla enseguida.




La novela tiene 401 páginas y el título puede estar relacionado con el efecto boomerang, toda causa tiene su efecto, o lo que es lo mismo acción-reacción (repercusión). En la novela el hecho de recordar, y buscar en el pasado, provoca que la vida presente del protagonista, Antoine Rey, ya no sea la misma.



Tatiana de Rosnay nació en Paris y tiene raíces inglesas y rusas, además de francesas. Vivió en Estados Unidos durante su infancia y se licenció en la University of East Anglia (Inglaterra). Escribe en diversas revistas y es autora de nueve novelas entre las que destaca La llave de Sarah (de la que hay una buena película que me gustó bastante).



Antoine Rey es un cuarentón divorciado con tres hijos adolescentes y una vida solitaria y vacía tras su divorcio de una mujer a la que sigue amando. Parece que su vida está acabada y no sabe por dónde seguir. Aprovechando que su hermana hace cuarenta años le regala un fin de semana en Noirmoutier, lugar de vacaciones de su infancia y al que no han vuelto, tras la muerte prematura de la madre en su niñez. A partir de ahí el pasado empezará a emerger con sorpresas inesperadas y, a la vez, Antoine conocerá a un mujer muy especial de la que se enamorará sin remedio, Angèle Rouvatier, tanatopractora.
La novela engancha muy pronto, aunque hay que reconocer que va creciendo conforme se va adentrando en la trama. La historia es interesante y está estupendamente desarrollada, manteniendo la intriga del pasado de la madre hasta casi el final de la novela. Se convierte, por tanto, en un thriller dramático que cambiará la vida de Antoine. Pese a ello tiene momentos de gran sensualidad cuando se centra en la relación Antoine-Angèle.
La novela está bien escrita, los personajes muy cuidados, especialmente Antoine que aparece descrito desde muchas vertientes: hijo, padre, marido, amante, arquitecto, hermano… y además en épocas distintas de su vida.
La música de la novela me ha encantado: Rolling Stones, Angie:


Angie, I still love you baby.
Everywhere I look, I see your eyes.
There ain’t a woman that comes close to you
(Angie, nena, aún te amo/Veo tus ojos donde quiera que mire/No hay mujer que te iguale), p. 60.





Cat Stevens, Sad Lisa, Lisa, Lisa…(p. 122)
Y Dream a little dream of me (Sueña un poco conmigo), tema elegido por Angèle Rouvatier, en la novela, para enviarle un sms a Antoine (p. 149).Uno de mis temas favoritos, sobre todo el interpretado por Ella Fitzgerald & Louis Armstrong.





En la novela se hace referencia a un poema de Christina Rossetti, hermana del pintor Dante Gabriel Rossetti, quien “le robó toda la atención y se quedó con toda la fama” (p. 361), pese al gran talento de su hermana poetisa:







Cuando muera, querido mío,
no entones canciones tristes por mí,
no plantes rosas sobre mi cabeza
ni siquiera un umbroso ciprés.
Sé como la hierba verde que me cubra
húmeda por la lluvia y el rocío.
Y si quieres, recuérdame,
o si lo prefieres, olvídame.



Me ha parecido que el final de la novela (p. 401) es redondo y que no desvelo nada:

“Pensé en la Harley mientras cruzábamos el Gois, en la espalda vibrante de Angèle contra mi pecho mientras sus manos enguantadas sujetaban el manillar con confianza, y volví a sentirme protegido, como esa tarde, y supe que esa mujer, con quien tal vez pasase el resto de mis días, o tal vez no, esa mujer que tal vez al día siguiente por la mañana me dijera que hiciera las maletas o tal vez se quedase conmigo para siempre, esa extraordinaria mujer cuyo trabajo era la muerte me había dado el beso de la vida” .


RECOMENDACIÓN: es una obra que merece la pena y que resulta adictiva, no se puede dejar de leer.

La imagen de Dante Gabriel Rossetti, es Lilith.

miércoles, 18 de enero de 2012

BÉSAME…




"Te acuerdas del primero...? indefinible;
cubrió tu faz de cárdenos sonrojos
y en los espasmos de emoción terrible,
llenáronse de lágrimas tus ojos".

GABRIELA MISTRAL

viernes, 13 de enero de 2012

ANTONIO MUÑOZ MOLINA, La noche de los tiempos... LA NOVELA HISTÓRICA...

Hace tiempo que dejé dicho que no me gusta la novela histórica. Posiblemente por mi condición de historiadora, me disgusta la confusión que tiende a producirse entre novela histórica e historia. Muchas personas creen que, cuando leen novela histórica, leen historia, siendo más amena y entendiéndola mejor.
Estoy cansada, además, de las novelas ambientadas en la guerra civil. Parece que casi ningún novelista se pueda privar de escribir sobre esta época que tan bien vende y tanto público continúa teniendo.
Dicho lo anterior, me disgusta la visión del trasfondo histórico que refleja Muñoz Molina en su novela. Es parcial y, en algunos momentos, muestra una ignorancia supina de la historia española contemporánea incomprensible en un autor de su talla. Quizás se deba a que sus fuentes de información no son obras históricas sino memorias personales.
Si me digo que es una novela y, por tanto, ficción, nada que objetar a la subjetividad y la parcialidad. Si me digo que la guerra civil sigue siendo un tema polémico, de actualidad y que la confusión entre historia y novela histórica es frecuente, me disgusta el trasfondo histórico que ofrece el autor de La noche de los tiempos.


No voy a insistir en ello y sólo pondré un ejemplo de los muchos que podría poner…. Pensaba Ignacio Abel, el protagonista de la novela, “en el milenarismo primitivo de las revoluciones españolas: tantas iglesias habían ardido en Madrid y sin embargo a nadie se le había ocurrido quemar o ni siquiera asaltar alguna de aquellas elefantiásicas sedes bancarias de la calle Alcalá…” (pp. 544-545). Muñoz Molina debería documentarse sobre la letal y cotidiana influencia que tenía la Iglesia católica en la vida del pueblo desde hacía cientos de años y del anticlericalismo que venía gestándose durante el siglo XIX y que acabó generando el odio que se manifestó en los incendios de edificios religiosos que hacía tiempo venían produciéndose. La Semana Trágica en Barcelona se produjo en 1909. Por extensión, para Muñoz Molina, todo el anarquismo español era ignorante, zafio, milenarista y violento.

ANTONIO MUÑOZ MOLINA, La noche de los tiempos.
La novela la compré ya hace tiempo, es del 2009, pero debido a su extensión la había dejado en espera del momento adecuado. El libro está en un rincón de mi mesa…


La novela tiene 958 páginas y “la noche de los tiempos” se utiliza, habitualmente, para hacer referencia a un tiempo remoto e impreciso, aunque en realidad en esta novela ese tiempo es bastante preciso: el año previo al estallido de la guerra civil española y los primeros meses de ésta (julio-octubre de 1936). Pero el título puede estar relacionado con la historia de amor que se relata, la novela acaba haciendo referencia a la marcha de Judith Biely al Madrid en guerra del que había salido pocos meses antes: “(…) la primera luz gris del primer día de su viaje, de un mañana inmediato que ella no vislumbra y yo no sé ya imaginar, su porvenir ignorado y perdido en la gran noche de los tiempos” (p. 958).


Antonio Muñoz Molina nació en Úbeda en 1956 y es un escritor y académico de número de la Real Academia Española (1995). Escribe también artículos en la prensa.
He leído casi toda su obra, siendo mis novelas favoritas: Beatus Ille (1986), Beltenebros (1889), El jinete polaco (1991) y Sefarad (2001).


Antonio Muñoz Molina ha explicado en diversas ocasiones la gestación de la novela que comento, la documentación utilizada y la forma como había llegado a ella. Reconoce sus fuentes literarias citando al novelista socialista y sindicalista de la UGT Arturo Barea con su trilogía La forja de un rebelde como una obra fundamental. También los diarios del chileno Carlos Morla Lynch, Días de llamas de Juan Iturralde, las memorias de Julián Marías o Sangre y fuego de Chaves Nogales. Menciona también como pieza principal de su novela a Pedro Salinas, que se exilió voluntariamente al inicio de la guerra, y la correspondencia con su amor imposible, la estudiante norteamericana Katherine R. Whitmore. Otra fuente de inspiración fue otro ilustre exiliado, Juan Ramón Jiménez, y sobre todo José Moreno Villa gran colaborador de la Institución Libre de Enseñanza. Estos escritores aparecen en la novela junto con otros personajes históricos.


La novela es una gran historia de amor entre un hombre casado, Ignacio Abel, y la mujer de su vida, la norteamericana Judith Biely, durante el año anterior a la guerra civil. Adela e Ignacio son un matrimonio burgués con el tedio del futuro ya hecho. Ocupan un lugar sólido en el mundo, nada parece alterar un porvenir fijado, con un amor conyugal frío y monótono. La llegada de Judith Biely a la vida de Ignacio sacude su vida de arriba abajo. Con su amante descubre y recobra “lo que nunca había sabido que pudiera ser tan gozoso, el hábito de conversar explicándose a si mismo” (p. 930), afinidades que hasta ese momento pensaba que eran sensaciones solitarias. Con ella conoce la excitación sexual, pero “lo que más le excitaba de Judith (…) era lo que había visto resplandecer en ella y lo había desconcertado tanto (…), la visión de una mujer intensamente deseable que al mismo tiempo parecía dotada de una soberanía de acción y de una forma irónica y aguda de inteligencia más propias de un hombre…” (p. 937)
El protagonista, que huye de Madrid en octubre de 1936, dejando a su mujer Adela y sus hijos en la sierra madrileña, rememora a lo largo de su viaje a Estados Unidos su historia de amor con Judith y el trasfondo histórico en el que se produce.
Son muchas páginas, desde mi punto de vista excesivas, para desarrollar una trama compleja en las que habla una voz narradora en primera persona, y a la vez omnisciente, una voz que evoca y que aparece o desaparece para rememorar lo hecho por Ignacio Abel, para juzgar sus acciones y sus omisiones.
Aunque suele gustarme que los autores se detengan y nos hagan dar vueltas alrededor de los personajes, en algunos momentos La noche de los tiempos, me parece repetitiva y que no aporta matices nuevos sino simplemente se recrea en lo mismo.
Las reflexiones que el autor realiza sobre las guerras me parecen interesantes, su rechazo de la violencia y de la dificultad de que nazca un mundo diferente que procede del odio y la guerra. Sin embargo una guerra civil es diferente, contiene elementos que Muñoz Molina es incapaz de desentrañar.

FRAGMENTOS:
Sobre el amor que siente Ignacio hacia Judith…


“Las palabras no son nada, el delirio de los deseos y las fantasmagorías girando en vano en el interior de la dura concavidad intraspasable del cráneo: sólo cuenta el roce, el tacto de otra mano, el calor de un cuerpo, el latido misterioso de un pulso” (p. 200).


El amor por ella revivía no de golpe: “primero en los sueños, luego en la conciencia, en la melancolía de los despertares en los que se encontraba de pronto sin ella, cuando un segundo antes la había abrazado en un sueño, la había visto alta y desnuda frente a él, acercándose, rozándole la piel primero (…) después con los labios…” (pp. 558-559).


A Judith le gustaba el jazz y, en concreto, Benny Goodman y su clarinete (p. 135). No me privo, porque adoro su música, de poner a este clarinetista, desde mi punto de vista, excelente.






“El alimento era más bien una sustancia adictiva; nicotina de tinta; opio de palabras, alcohol que iba embriagando despacio, desdibujando las formas del mundo exterior” (p. 481).


“Aunque ya casi nunca sea visible en los sueños Judith Biely ronda en ellos como una ausencia imperiosa, la de quien al irse está más presente aún en la revelación del vacío que ha dejado, como está el filo de una cuchilla en una herida abierta o un desconocido en las huellas que ha dejado sobre la arena húmeda. Ignacio Abel camina por una calle cualquiera en un sueño y la sensación de ultraje que le oprime el pecho es que Judith no aparecerá en esa calle, que ya ni en sueños podrá encontrarse con ella…” (pp. 755-756).


“Cuando ella desapareció, tan opresiva como su ausencia y como la privación sexual fue la gran campana de silencio cayendo de nuevo sobre él…” (p. 931).


RECOMENDACIÓN: una novela que merece la pena leer, bien escrita y con una historia de amor hermosísima.


La fotografía del autor y el vídeo están tomados de google.

miércoles, 11 de enero de 2012

ESTUPIDEZ EMOCIONAL



La inteligencia tiene sus límites, la estupidez no.
Anónimo (y muy certero)

Por desgracia todos nos topamos con alguna persona que es toda una autoridad en lo que los psicólogos llaman estupidez emocional, es decir, personas con una manifiesta falta de empatía, una grave intolerancia a la frustración, un descarado victimismo, una evidente obstinación y, en definitiva, una clara adicción a la infelicidad...


Espero no ser tan estúpida como para no saber que nadie estamos exentos de ella y que todos cometemos estupideces alguna vez. Pero aquí me estoy refiriendo a esas personas en las que la estupidez se blinda, el estúpido emocional se especializa en criticar, ve la estupidez ajena y se concentra en ella: es más cómodo. Son personas rígidas en su pensamiento que se mueven en dicotomías del tipo bueno-malo, y muy susceptibles.


La estupidez es irracional como la crítica gratuita. Hay personas que critican a los ausentes, desvelan sus secretos, ofrecen sus confidencias y siembran a su alrededor sentimientos negativos innecesarios y conflictos entre otras personas.


La estupidez insiste siempre.
(Albert Camus)

No se me ocurre una mejor manera de combatir a un estúpido emocional que el alejamiento y el sentido del humor. Pero estoy convencida que no se puede aplicar el humor a una forma de relacionarse estúpida si no nos alejamos primero y nos preguntamos, después, cuánto hay en nuestra vida que estorba o enmaraña: pensamientos, costumbres, ruido….


Estas fugaces chispas están inspiradas, en parte, en la lectura de una entrevista hecha en la “Contra” de La Vanguardia, a la psicóloga Paz Torrabadella, 10-03-2011. Mi experiencia en el trato de algún estúpido emocional también ha contribuido mucho a la elaboración de esta reflexión. La obra de GOYA está tomada de google.

lunes, 9 de enero de 2012

LOS LIBROS SE CONVIERTEN EN INICIACIÓN...

“Tal es el valor de la lectura y ésta es también su insuficiencia. Es conceder un papel demasiado grande, a lo que no es más que una iniciación, erigirla en disciplina”.
MARCEL PROUST, Sobre la lectura.



Esta pequeña reflexión está unida a otra titulada, Las mujeres que leen, sueñan mundos, posiblemente, imposibles.






Decía en aquella ocasión, refiriéndome a las mujeres lectoras, que la verdadera vida estaba fuera, “en ese espacio imaginario que media entre las palabras que leen y el efecto que éstas producen. La lectora se identifica totalmente con los personajes de ficción y no se resignan a cerrar el libro sin que algo haya cambiado en su propia vida. El libro se convierte en iniciación”.





Resulta curiosa la presencia de la mujer lectora en la pintura occidental puesto que históricamente se intentó excluirla del saber. Cierto que el saber no está exclusivamente en los libros y que las mujeres han sabido extraer su saber de la experiencia y de la observación directa del mundo que les rodeaba. Se han visto obligadas a abandonar, durante cientos de años, la especulación meramente teórica que se encontraba en las instituciones (Universidades) y en los libros.
Pese a ello, las mujeres han accedido a la lectura en el espacio privado, aquella que se desarrollaba en el mundo que les era propio, el mundo doméstico, hasta los impresionistas las mujeres no aparecen leyendo en el espacio público, por ejemplo en los cafés (esta Mujer leyendo de E. Manet, es un ejemplo).


Entiendo por iniciación el proceso mediante el cual una persona adquiere los primeros conocimientos de una faceta de la vida o actividad que desconoce. Para muchas mujeres la lectura fue una especie de burbuja en la que podían abstraerse para acceder a mundos impensables para ella.


Como actividad silenciosa e interior, resulta muy interesante la concentración con la que leen algunas de las lectoras que aquí presentamos. La transformación que la mujer experimentaba (y experimenta) a través de la lectura es difícil de captar por ese carácter interior que he mencionado. Pero que la lectura fue el origen y principio de un cambio, que trasciende épocas históricas, es evidente puesto que la mala reputación de las novelas y sus lectoras se vuelve explícita, por ejemplo, en el cuadro del romántico belga Antoine Wiertz, La lectora de novelas. En esta obra la joven lectora está desnuda en su cama, de noche y en actitud voluptuosa trasmitiendo el placer de su lectura (que además se refleja en el espejo incitando al voyeur a su contemplación lasciva). Está atrapada y absorta en ella ya que el diablo es quien le abastece de lecturas que le va poniendo en el borde de la cama (entre ellas una novela de Alexander Dumas).



El origen etimológico de la palabra iniciación viene del latín initiare, que tiene la misma procedencia de initium, inicio o comienzo, viniendo las dos de in-tere, ir dentro o ingresar. Los viajes interiores que las mujeres han realizado, a lo largo del tiempo, en busca de las palabras que las podían transformar, las situaban en el umbral de una estrecha puerta para la que necesitaban poseer el valor suficiente para atravesarla y poder emprender el camino hacia el encuentro, hacia el despertar, hacia el infinito, hacia la utopía...


He tomado las imágenes de google: la primera es de Anni Leppälä, Leyendo; la segunda es de Ambrosius Benson; a continuación de Edouard Manet, Mujer leyendo y Antoine Wiertz, La lectora de novelas.

viernes, 6 de enero de 2012

ORFEO Y EURÍDICE…












Orfeo y Eurídice eran amantes. Una serpiente mordió en el bosque a Eurídice y la muchacha murió. Orfeo vagó desconsolado buscándola y no dudó en bajar a los Infiernos para recuperarla, a pesar de que sabía que quien entraba en los dominios de Hades, ya no podía salir de allí. Con los acentos de su lira conmovió a criaturas y almas de esos reinos, e incluso al mismísimo dios Hades, quien accedió a que Eurídice volviera con él. Pero hubo una condición: la muchacha caminaría tras Orfeo y él no podría mirarla hasta que no se hallasen en el mundo de los vivos. Muy cerca ya de la luz del sol, a Orfeo le traicionaron las dudas, las incertidumbres, los miedos, y quiso saber si Eurídice realmente lo seguía. Volvió la vista y contempló cómo Eurídice desaparecía como una sombra ante sus ojos.








RAINER MARÍA RILKE, Sonetos a Orfeo. Soneto 2. Primera parte (fragmento)

“Ella durmió el mundo. ¿Cómo, oh dios del canto,
la creaste, para que no anhelara primero
estar despierta? Mira, ella nació y durmió”.

Soneto 2, Segunda parte (fragmento)

“Cuanto han visto los ojos, antaño, en las cenizas
del lento apagarse de las chimeneas:
miradas de la vida, perdidas para siempre”.













En el último soneto, Rilke abandona el canto y la celebración a Orfeo y le propone al dios que consume en él la unión de lo apolíneo y lo dionisíaco, de la claridad del espíritu con las oscuridades de la embriaguez y la sensualidad. Así mismo le sugiere la conciliación entre el tiempo y el ser, entre lo que cambia y permanece…


“Y si lo terrestre te ha olvidado
di a la tierra callada; yo fluyo
y al agua veloz, dile: yo soy”.





Que, en un día como hoy, los sentidos se entrecrucen generando la fuerza mágica que el mito de Orfeo inspiró a Rilke, a Rodin y a Patricia Barber (entre otr@s)... Como la que acaba de sugerirme Elvira y que edito para disfrute de quien la quiera escuchar. 





Las imágenes de las obras de Rodin (la primera y el detalle de la segunda están dedicadas a Orfeo y Eurídice) tomadas de google.

martes, 3 de enero de 2012

Sangre: no sangres más… SIRIA


Desgraciadamente los buenos deseos de paz y felicidad navideños duran poco y, con “infinita tristeza”, como canta Manu Chao, tenemos que hablar de sangre derramada de los débiles en Siria (y otros muchos lugares del mundo).


Una de las transformaciones que se puso en marcha en el concluido 2011 afecta a los países árabes. La llamada primavera árabe provocó una cadena de convulsiones que no ha terminado todavía y que se enfrenta a graves dificultades políticas y socioeconómicas.
La pasión y convicción con que miles de personas luchan por su dignidad y por cambios políticos hacia sistemas más participativos, que puedan resolver las duras condiciones de miseria en que vive la mayoría de la población, permiten pensar en que pueden producirse transformaciones favorables para la mayoría.


Nada será fácil, las dificultades vienen por la resistencia de los viejos sistemas dictatoriales que han provocado, incluso, guerras civiles (Libia), pero también por las dificultades de construir sistemas democráticos alternativos que no estén amenazados por los militares (Egipto) o por nuevas dictaduras de corte religioso y de clanes.


Ahora está de plena actualidad la situación de Siria. Las protestas comenzaron en marzo en una pequeña ciudad (Daraa) y se fueron extendiendo hasta causar 5.000 muertos según la ONU. El régimen de Bachar el Asad es fuerte y la oposición, fragmentada, no parece tener empuje suficiente como para acabar con el dictador, sin contar con que el problema religioso puede estar presente de forma significativa.
El régimen, teóricamente laico, se apoya en la práctica en una élite militar y burocrática perteneciente a la minoría alauí, una secta chiita. La revuelta está protagonizada mayoritariamente por suníes y ya se han cometido asesinatos sectarios entre suníes y chiíes. 
La violencia se enseñorea del país como pasó en Libia, el dictador no permite la entrada de prensa extranjera en el país y la sangre de los débiles continua corriendo a día de hoy (escribo el 31 de diciembre)…….




Sangre: no sangres más.
¡Como decirte que no sangres, sangre!
¿Nunca ha cesado de correr la sangre?
Contemplad el pasado
__esos graffiti obscenos:
la huella de una mano ensangrentada
en el muro sombrío de la Historia.
Y el presente:
más sangre,
otra vez sangre.
(…)
Para que deje de correr sangre
¿hará falta más sangre?
Tiempo largo, sangriento:
derrama
la última gota de tu sangre, pronto.
No hay tiempo que llorar.
Cuando no sangre más así la sangre,
ese día, por fin, será el futuro.

ÁNGEL GONZÁLEZ, Otra vez.





Las ilustraciones están tomadas de google. El poema de Ángel González estaba dedicado al Chile de Salvador Allende, es la parte que he cortado.