viernes, 29 de junio de 2012

RAYMOND CHANDLER, El largo adiós.



La novela la compré por cuatro euros (envío incluido) en una librería de libros de segunda mano por internet. Había leído relatos de Chandler y, creo recordar, alguna novela que no puedo precisar. Guille, del blog Ya está escrito, me insistió en que leyera esta obra y así lo he hecho. 

La novela está en una estantería que tengo bajo la ventana donde hay una caja con la imagen de mi admirada Virginia Woolf y un snoopy de peluche que me regaló alguien muy querido de mi pasado.

La novela tiene 352 páginas y el título se explica en la página 309. Philip Marlowe le dice a un periodista al que le entrega una carta muy especial:


 “¿Recuerda la noche en que me trajo a casa? Usted dijo que yo tenía un amigo a quien decirle adiós. La verdad es que nunca se lo dije realmente. Si ustedes publican la carta ése será mi adiós. Ha transcurrido mucho tiempo… un tiempo largo, muy largo”. 





 R. Chandler (1888-1959) nació en Chicago pero tras el divorcio de sus padres fue llevado a Inglaterra donde recibió una sólida formación literaria, nacionalizándose británico en 1907. Participó en la I Guerra Mundial y regresó a California, donde viviría ya el resto de su vida. En 1924 se casó con Pearl Cecily Bowen (Cissy), dieciocho años mayor que él, y el matrimonio duró casi treinta años, hasta el fallecimiento de ella en 1954. En 1933, a los 45 años, se dedicó por entero a escribir. Tras la muerte de su esposa en 1954, el escritor sufrió fuertes depresiones, aumentó su alcoholismo e intentó suicidarse en dos ocasiones. La referencia de sus relatos y novelas la podéis encontrar en internet. 

El largo adiós (1953) es considerada su mejor obra. En ella se aprecia su estilo cuidado y su ingenio irónico y mordaz, rasgos sobre los que construyó una novela negra de calidad en un momento en que ésta era considerada un subgénero de dudosa importancia. 
Creó también un gran personaje, el detective privado Philip Marlowe, que le sirvió de medio para denunciar la sociedad americana de la época, donde el dinero y la búsqueda del poder eran los motores de las relaciones humanas, con sus consiguientes secuelas de crímenes, marginación e injusticia. 

El delito no es una enfermedad, sino un síntoma. La policía es como el médico que receta aspirina para un tumor de cerebro, con la diferencia de que la Policía cura más bien con una cachiporra. Somos un pueblo grande rudo, rico y salvaje, y el delito organizado es el precio que pagamos por la organización. Lo tendremos durante largo tiempo. El delito organizado no es más que el lado sucio de la lucha por el dólar (p. 328). 

En El largo adiós P. Marlowe descubre al asesino de la hija de un millonario, de un escritor y de un amigo suyo, pero a la vez que va desgranando la investigación va dibujando un trasfondo, la sociedad norteamericana, que nos convence de que los delincuentes no son únicamente los que asesinan o roban sino que los cimientos de la sociedad están basados en la codicia, la manipulación, la injusticia. 
Además describe como nadie la soledad, la falsa sociabilidad, la desesperanza, el pesimismo, aunque nunca nihilismo, a través del atractivo detective Marlowe. Tan sólo en esta novela tuvo relación con una mujer, Linda Loring, y con una brevedad exquisita relata el momento culminante con toda esta ternura: 

Entonces, silenciosamente y sin el menor ademán de afectación se arrojó en mis brazos, acercó su boca a la mía y me besó con fuerza abriendo los labios y los dientes. La punta de su lengua tocó la mía. Después de largo tiempo echó la cabeza hacia atrás, pero siguió con los brazos alrededor de mi cuello. Los ojos le brillaban (p. 335). 






En 1973 Robert Altman llevó la novela al cine, The Long Goodbye, situándola en Los Ángeles y con Elliott Gould componiendo un Marlowe al tiempo fiel e iconoclasta con respecto al personaje literario.






 No necesita recomendación. Estupenda novela.


viernes, 15 de junio de 2012

VICIO DE LEER...

BENJAMÍN PRADO, Todos nosotros.
RAINER MARIA RILKE. LOU ANDREAS-SALOMÉ, Correspondencia
AJO, Micropoemas 3

Tan solo su pequeña extensión y, en dos casos, su pequeño formato, unen estos tres libros. El de Benjamín Prado me lo prestó alguien para quien es libro de cabecera (está bellamente manoseado, subrayado, anotado, tiene algún papelito con sus palabras…). El de Ajo me lo regalo alguien un día memorable. La Correspondencia fue un autoregalo.














RILKE A LOU ANDREAS-SALOMÉ
 “Yo soy semejante a la pequeña anémona que vi un día en un jardín de Roma, tan ampliamente abierta durante el día que ya no podía cerrarse de noche. Me horrorizaba al verla tan abierta en el obscuro césped, preparada para acoger de nuevo en su cáliz abierto como con rabia –habiendo demasiada noche sobre ella-, una noche que no acababa, y cerca de ella, sus prudentes hermanas, cada cual encerrada en su pequeña medida de superficialidad. 


También yo estoy irremediablemente inclinado hacia el exterior, y por ello igualmente distraído por cualquier cosa, al no rechazar nada; mis sentidos se ocupan sin pedirme permiso de todo lo que molesta” (p. 47). 


 BENJAMÍN PRADO, Material




No es el azar
que salta de una mano
hasta los dados.
 Es como el miedo:
 cuando es de noche y puedes
 ver los sonidos.
 Son las palabras
 que tengo dentro al hombre
 que las escucha.
 La poesía
 es fingir que es verdad
 lo que es verdad. 


 AJO
 Pasan las horas,
 soy mermelada de demoras.

 La anémona, la obra de Brent Lynch que acompaña el poema de Prado y la obra de Xi Pan que acompaña a Ajo, están tomadas de google.

martes, 12 de junio de 2012

AMOR. Pigmalión.


 ¿Quién dejará, del verde prado umbroso, 
las frescas yerbas y las frescas fuentes? 
¿Quién de seguir con pasos diligentes
 la suelta liebre o jabalí cerdoso? 

¿Quién, con el son amigo y sonoroso, 
no detendrá las aves inocentes?
 ¿Quién, en las horas de la siesta, ardientes,
 no buscará en las selvas el reposo,

 por seguir los incendios, los temores,
 los celos, iras, rabias, muertes, penas
 del falso amor que tanto aflige al mundo?

Del campo son y han sido mis amores,
 rosas son y jazmines mis cadenas,
 libre nací, y en libertad me fundo.

 Poema Soneto De Gelasia en La Galatea de Miguel de Cervantes Saavedra 



Pigmalión fue rey de Chipre, buscó durante mucho tiempo a una mujer con la que casarse. Había una condición, debía ser la mujer perfecta. Frustrado en su búsqueda, decidió no casarse y dedicar su tiempo a crear esculturas preciosas para compensar. Una de ellas, Galatea, era tan bella que Pigmalión se enamoró de ella. 
Mediante la intervención de Afrodita, Pigmalión soñó que Galatea cobraba vida. En el mito Las metamorfosis, de Ovidio, se relata así:


Pigmalión se dirigió a la estatua y, al tocarla, le pareció que estaba caliente, que el marfil se ablandaba y que, deponiendo su dureza, cedía a los dedos suavemente, como la cera del monte Himeto se ablanda a los rayos del sol y se deja manejar con los dedos, tomando varias figuras y haciéndose más dócil y blanda con el manejo. Al verlo, Pigmalión se llena de un gran gozo mezclado de temor, creyendo que se engañaba. Volvió a tocar la estatua otra vez y se cercioró de que era un cuerpo flexible y que las venas daban sus pulsaciones al explorarlas con los dedos. 

Al despertar, Pigmalión se encontró con Afrodita, quien, conmovida por el deseo del rey, le dijo:


 "(…) mereces la felicidad, una felicidad que tú mismo has plasmado. Aquí tienes a la reina que has buscado. Ámala y defiéndela del mal". 

 Y así fue como Galatea se convirtió en humana. 

  La escultura de Pigmalión y Galatea de Rodin está tomada de google. 

viernes, 8 de junio de 2012

ABRÁZAME, OSCURIDAD. DENNIS LEHANE

 “ES DE LAS QUE NO SABEN DECIR ADIÓS A NADA. ÉSA ES SU DEBILIDAD…” 


Esa frase aplicada a un personaje de la novela de Lehane, me define. Nunca había pensado si ese apego a las personas es una debilidad. Me cuesta amar  y estimar  más de lo que parece (igual hablo de amor que de amistad), pero cuando lo hago me duele mucho decir adiós y siempre opto por intentar salvar algo del naufragio. Decir adiós es como si una parte mía se desprendiera y se perdiera para siempre con esa persona...



Quien me conoce, o me lee con cierta asiduidad, sabe la devoción que le tengo a este autor. De la serie dedicada a los investigadores Kenzie y Gennaro, sólo me quedaba éste por leer. Los he leído en desorden y este es el segundo de la serie.

La novela tiene 426 páginas y el título aparece explicado en una carta que envía el asesino en serie a Kenzie:


 “Ven –Me dijo la Oscuridad-, ven conmigo” pero Yo estaba débil, me estaba pudriendo y no podía ni ponerme de rodillas. “Oscuridad –le dije-, abrázame y sácame de aquí” y eso fue lo que hizo la Oscuridad. 

Este fragmento se refiere a una persona que se ha entregado al Mal, disfruta con el dolor ajeno, no racionaliza su odio sino que se refocila en él. 
Sobre Dennis Lehane ya he escrito en otra ocasión (en los enlaces a sus novelas lo encontraréis). 
Abrázame, oscuridad es original, perturbadora, tierna, brutal, inocente, violenta, arrebatadora, sorprendente… no soy objetiva, adoro a Lehane, y no quiero repetirme. 
En esta ocasión me he fijado en su música: The Pogues, Waterboys, Chieftains, Kurt Cobain, Trent Reznor… 

Kurt Cobain, Smells like teen spirit 



[...] Carga las pistolas y trae a tus amigos
 Es divertido perder y pretender
 Ella está demasiado aburrida y segura de si misma
 Oh no, sé una palabra sucia.
 (estribillo)
 ¿Hola, hola, hola, estás deprimido?
 Hola, hola, hola…
 Con la luz fuera, es menos peligroso
 Aquí estamos ahora, entretennos
 Me siento estúpido y contagioso
 Aquí estamos ahora, entretennos
 Un mulato, Un albino, un mosquito, mi libido, Yeah.
 Soy peor en lo que hago mejor
 y por este don me siento bendecido
Nuestro pequeño grupo siempre ha sido
 y siempre será hasta el final
 (estribillo)
 Y olvido solo lo que pruebo
 Oh sí, supongo que me hace sonreír
 Encontré difícil lo que era difícil encontrar
 Vale,... lo que sea, no importa.
 (estribillo)

GRACIAS A SERGIO DS POR LA LETRA...

La imagen es de Mary Jane Ansell . El vídeo está tomado de google.

martes, 5 de junio de 2012

LUJURIA


“Dicen que la lujuria envejece al hombre, pero

 mantiene joven a la mujer”.

Raymond Chandler, El largo adiós.

La obra es de Brent Lynch y tomada de google.

sábado, 2 de junio de 2012

DINERO…


No se pueden hacer cien millones de mangos en forma limpia –dijo Ohls-. Quizás el jefe crea que sus manos están limpias, pero en alguna parte, a lo largo de la cadena, hay tipos que son arrinconados en la pared, pequeños y agradables negocios se vienen al suelo y tienen que liquidar y vender todo por unos centavos; gente decente pierde sus empleos, las acciones suben en el mercado, los apoderados son comprados como una pepita de oro antiguo, y se paga a los grandes estudios de abogados cientos de miles de dólares de honorarios para que combatan ciertas leyes que la gente quiere obtener, pero no los tipos ricos debido a que chocan con sus ganancias. El dinero en gran escala significa poder en gran escala, y el poder en gran escala es usado erróneamente. Es el sistema. Tal vez sea el mejor que podamos obtener, pero no es lo ideal.
RAYMOND CHANDLER, El largo adiós (1953)

La imagen es de Brent Lynch y está tomada de google.

viernes, 1 de junio de 2012

HADAS DE LAS CUEVAS (LAMIAS), DE LAS FUENTES (NINFAS), DE LOS BOSQUES (DRIADES), DE LOS MARES (SIRENAS), DE LOS VIENTOS (SÍLFIDES), DEL FUEGO (SALMANDRAS), DE LA TIERRA (DRINFAS)…

 …y blogger@s todos…

Os invito a acompañarme
en este trance gozoso de incrementar
mi matusalénica edad.



Solo es necesario
un requisito… 
traed vuestra mejor virtud,
vuestro mejor estado de ánimo…
calma, 
rebeldía, 
belleza, 
afecto, 
aventura y ventura, 
conocimiento y sabiduría, 
placer por las palabras, 
deleite por el arte, la música, la danza o el teatro, 
humor fino, 
querencia por la risa, 
incluso por la carcajada, 
indignación rabiosa y creadora… 

No hace falta que me deseéis
júbilos y lealtades 
puesto que siento 
que formo parte de…. 
las manzanas y los jazmines 
y los cuidadores de autos y los ciclistas 
y las hijas de los villeros 
y los cachorros extraviados 
y los bichitos de san antonio 
y las cajas de fósforo… 





La mujer que tiene los pies hermosos 
nunca podrá ser fea
mansa suele subirle la belleza
por tobillos pantorrillas y muslos
demorarse en el pubis
que siempre ha estado más allá de todo canon
rodear el ombligo como a uno de esos timbres
que si se les presiona tocan Para Elisa
reivindicar los lúbricos pezones a la espera
entreabrir los labios sin pronunciar saliva
y dejarse querer por los ojos espejo
la mujer que tiene los pies hermosos
sabe vagabundear por la tristeza.

Mario Benedetti, Pies hermosos 

Para Elisa, Beethoven

 
Los fragmentos en cursiva pertenecen al poema de Mario Benedetti, Como siempre. La foto de la rosa es un regalo, el vídeo lo he tomado de Google. De todas las hadas mencionadas he hecho alguna entrada que podéis leer si os apetece.