miércoles, 29 de enero de 2014

LA GRAN BELLEZA (2013) de Paolo Sorrentino



Fui a ver esta película por varias recomendaciones, tanto del mundo virtual como de mi entorno cercano. Así que las expectativas de ver una muy buena película habían ido anidando en mi interior sin remedio. Y mira que, últimamente, ando muy picajosa con el cine, no sé qué me pasa que nada me convence y los bostezos y el aburrimiento me van cercando sin remedio sobrepasada la primera hora de proyección. Yo siempre había sido, no diré fácil de contentar, pero sí era capaz de encontrar algo atractivo en casi todas las películas. Sentarme en una sala de cine eran gotas de felicidad aseguradas. Eso se acabó. De momento al menos. 



Desde la primera escena de la película, La Gran Belleza me pareció que rendía homenaje al propio cine, en especial a Fellini pero también a otros muchos como Antonioni por su visión pesimista del ser humano o Visconti por sus personajes escépticos y desengañados. Sin duda Jep Gambardella (Toni Servillo) reúne en sí mismo muchos de los matices que he señalado, además de ser licencioso, culto y elegante, aspectos que parecen definir a los romanos. 


Pero Gambardella no desconoce la falsedad de la vanidad, la banalidad de la alta sociedad, lo efímero de la fama, el vacío existencial de los que se consideran transgresores y no son sino títeres de su vacuidad. ¡Qué sabia la criada sudamericana de Gambardella! Como desmonta la superficialidad con la mirada y con pocas palabras.




Si Gambardella es el protagonista de la película, Roma es co-protagonista. El recorrido por los bellos palacios y las ruinas, que muestran el esplendor de una ciudad que también vive la decadencia y se refugia, frecuentemente, en rememorar el pasado, son un maravilloso recorrido por la belleza en sus múltiples manifestaciones artísticas.



La película destila tristeza, melancolía y decepción y va desgranando estas apreciaciones entre fiestas, alcohol y conversaciones que parecen trascendentales y casi nunca lo son. La Iglesia católica es criticada desde la ironía y el cinismo de manera magistral. Los personajes más auténticos son víctimas de esa sociedad falsa y decadente pero que vive sin problemas económicos y dedicados al disfrute de un placer simplón e incluso hortera.



Pese a todo lo positivo, La Gran Belleza es lenta y excesivamente discursiva y puede hacerse pesada en algún momento, ese momento trágico en el que miras el reloj y ves que aún queda película. Excelente banda sonora, desde versiones dance de “A far l’amore comincia tu” de Rafaella Carrá o “Take my breath away” a temas clásicos como el que cierra la cinta y que acompaña perfectamente a las bellas imágenes de una Roma eterna… para el cine. 

sábado, 25 de enero de 2014

AVENTURAS, HOMERO, Odisea


Dos motivos me han llevado a leer esta obra de la que solo conocía fragmentos, un motivo es que se trata de una obra muy leída y apreciada por alguien a quien respeto y estimo; el segundo motivo es que parece un buen inicio para acercarse a un obra, el Ulises de James Joyce, que siempre se me ha resistido. He llevado a cabo una lectura conjunta con Carlos pero, en este caso, con  ritmos diferentes y un diálogo rico y desordenado que he tratado de ordenar con su colaboración. También, al otro lado del Atlántico, se animó a leerlo Marcelo Z, del blog Libros en Estéreo, con el que me he puesto de acuerdo en compartir reseñas este sábado, sin duda, Odisíaco.



La Odisea tiene 440 pág. y su título remite a la vuelta a Ítaca del héroe Odiseo (Ulises en latín) tras la guerra de Troya.
Se trata de un poema épico, con versos de dieciséis sílabas (hexámetros), compuesto de veinticuatro rapsodias, atribuido al poeta griego Homero, compuesto en el siglo VIII a. C. en Asia Menor. No hay certeza, sin embargo, ni de su autoría, ni de la época en que fue escrita, la tradición sostenía que Homero era ciego y varios lugares reclamaban ser su lugar de nacimiento. En la figura de Homero confluyen realidad y leyenda.


Resulta casi imposible resumir esta obra porque las peripecias del viaje de Ulises son muchas. Le cederé la palabra a él mismo cuando, en la rapsodia XXIII, le relata sus aventuras, a su vuelta a Ítaca, a Penélope (resulta un rasgo moderno que Ulises relate su viaje en primera persona en la corte de Antinoo, el relato a su esposa aparece en tercera persona):
Empezó a contar cómo logró derrotar a los cícones,
 Su llegada al fecundo país de los hombres lotófagos,
 Lo que el Cíclope le hizo y la forma en que pudo vengarse
 cómo fue a Lestrigonia, a Telépilo, hundieron sus naves
De que a sus compañeros leales se hubiese comido;
Cómo fue por Eolo acogido benévolo, y luego
despedido por él, pero el hado aún no había dispuesto
que volviera a su patria, y por una tormenta alcanzado
lo llevó por el mar que los peces habitan, gimiendo;
y mataron a todos los hombres de grebas hermosas
[y logró solo Ulises huir con su negro navío.]
Y contó los engaños de Circe y habló de su astucia,
del viaje que hizo a la lóbrega casa del Hades
en su nave bancada; a pedirle consejo a la sombra
del tebano Tiresias, y cómo vio allí a sus amigos
y a la madre que lo hubo alumbrado y nutrió de pequeño;
cómo oyó a las Sirenas marinas cantar, y pasó entre
las dos Peñas Errantes, la horrenda Caribdis y Escila,
de las cuales sin daño ha escapado jamás hombre alguno;
cómo sus compañeros las vacas del Sol inmolaron
y después Zeus tonante le hirió su velero navío
con el rayo encendido, y murieron sus hombres leales,
y él tan solo se pudo evadir de las parcas funestas;
cómo a la isla de Ogigia llegó, ante la ninfa Calipso,
que, queriendo que fuera su esposo, en sus cuevas profundas
lo retuvo y cuidó, y muchas veces contó que lo haría
inmortal y de toda vejez libraría su cuerpo,
pero nunca en el pecho logró el corazón persuadirle;
cómo luego a Feacia llegó tras penosos trabajos,
y sus gentes, lo mismo que a un dios, cordialmente lo honraron
y en un buque lleváronlo hasta el país de sus padres
con muchísimos dones de oro, de bronce y vestidos.

La Odisea es un libro de viajes, de varios viajes porque no empieza con el de Ulises sino con el de Telémaco, y, por tanto, de cambio y evolución según los avatares de dicho viaje. Para Ulises es un viaje de regreso, como héroe de la guerra de Troya, pero de regreso en solitario, al perder a sus compañeros, y sin botín (los ricos presentes que lleva se los dan los feacios).

Ulises y los feacios. RUBENS

Para Telémaco es un viaje de iniciación y tránsito hacia la madurez. Apurado por las presiones que recibe su madre, fleta un barco para ir a buscar noticias de su padre. Cuando regresa es capaz de luchar al lado de su padre y enfrentarse a los pretendientes.

Debería haber un tercer viaje, de expiación por las muertes de los pretendientes, que el poema no recoge. Ese viaje sería el exilio tierra a dentro y cuando lo concluyera es cuando podría regresar definitivamente a Ítaca.

Penélope acosada por los pretendientes. J. W. WATERHOUSE

La Odisea es un poema de amor, de deseo y de espera. Destaco uno de los fragmentos más bellos en los que Ulises expresa su amor por Penélope:

Así dijo, y en él fue creciendo un deseo de llanto,
y lloraba abrazado a su fiel y amadísima esposa.
[Así como la tierra aparece tan grata a los náufragos
a los que Posidón en el medio del mar echó a pique
el armónico buque, a merced de las olas y el viento,
y unos pocos consiguen salir de la espuma nadando
y la orilla alcanzar, y sus cuerpos de sal se han vestido
y con júbilo pisan la tierra, ya a salvo de males,
así ver a su esposo era dulce también para ella
y sus brazos nevados seguían en torno a su cuello.]
Rapsodia XXIII
Penélope. SPENCER

El centro de este poema es Ulises y Penélope, que fue conquistada por él y se casó virgen, es el modelo de la perfecta casada: leal, intachable, que guarda el recuerdo de Ulises, virtuosa, sabia, modesta, etc.

…No fue como la hija de Tíndaro [Clitemnestra] que urdiendo males
 a su esposo de virgen mató: y de horror será el cántico
 de los hombres para ella; pues fama tristísima ha dado
 a las otras mujeres, incluso a la más virtuosa.
Rapsodia XXIV

Siempre los dos modelos de mujer: buena-mala, Eva-María, virtuosa-pecadora. Sin embargo la Odisea  también contiene los diferentes modos de ser mujer en cada final de etapa. Hay mujeres esclavas que aman y que trabajan como la nodriza de Telémaco, magas como Circe, fuerte y libre, que propone el encuentro amoroso con el héroe o le envía sin remordimientos a consultar en el Hades, donde decenas de ellas, ya fallecidas, despiertan a la vida y relatan sus desventuras tras beber la sangre de la víctima. 

Odiseo y Calipso. J. BRUEGHEL

Las hay apasionadas como Calipso, dispuesta a conceder la vida eterna como prueba de su amor y que se queja amargamente de la soledad a la que Zeus la condena cuando ordena liberar a Ulíses, poderosas como la reina de los feacios a quién suplica hospedaje y hermosas como Helena, capaz de provocar una devastadora guerra. 

Palas Atenea. GUSTAV KLIMT

Diosas como Atenea, que no duda en tomar la lanza de bronce y actuar como una guerrera cruel, o Afrodita, la bella infiel. De todas ellas nos cuenta el poema detalles, de su vida diaria, de sus vestidos, sus tareas y sus desvelos.

La Odisea guarda una gran sorpresa, al menos para mí lo ha sido: el dormitorio de Ulises y Penélope está en un olivo:

Creció dentro del patio un olivo de alargadas hojas,
floreciente y robusto, tan grueso como una columna.
Las paredes de mi dormitorio labré en torno suyo
[con muchísimas piedras y encima le puse un buen techo]
y le hice unas sólidas puertas muy bien ajustadas.
Despojé de su fronda al olivo de alargadas ramas
y pulí con el bronce su tronco desde las raíces
hábil y diestramente; y después de a nivel trabajarlo,
hice el pie de la cama, que yo barrené totalmente.
Comenzando por él fui montando y puliendo la cama
[que con plata, con oro y marfil adorné una vez lista.]
Y por dentro extendí unas vistosas correas purpúreas.
Esta es, pues, nuestra marca. Y ahora, no obstante, yo ignoro,
¡oh mujer!, si mi lecho está incólume, o alguien acaso
Lo ha cambiado de sitio, cortando debajo el olivo.
Rapsodia XXIII

El olivo es para los griegos una metáfora de la sabiduría y de la fecundidad: en las lámparas de los templos ardía aceite de oliva y en la Odisea, héroes y dioses se frotaban el cuerpo con aceite de oliva para proteger su belleza mortal, e inmortal. El árbol del olivo era emblema de la victoria en los Juegos Olímpicos: una corona de olivo ceñía la frente de los vencedores, imagen de la Paz, pero un olivo tocado por el rayo era un augurio de guerra. El olivo y su verdor perpetuo era entre los griegos el árbol de Atenea.
No quiero ser malpensada pero, sorteando la belleza de la metáfora, ¿no sería una manera de tener aislada a Penélope del resto de la casa? ¿Un gineceo como el que existía en todas las casas griegas?

Ulises y Penélope. TISCHBEIN

Lo que está fuera de toda duda es que los sentimientos humanos mueven todo el "viaje", sentimientos basados en valores humanos porque hasta los dioses y diosas se mueven por sentimientos humanos, tanto positivos como negativos. ¿Están en la Odisea todas las pasiones humanas? Destaca el carácter humano de Ulises que, pudiendo ser inmortal, opta por ser mortal y recuperar su propia vida, envejecer y morir ¿prefiere ser hombre que dios? Aun pasándole peripecias extraordinarias, reacciona como un hombre: llora, miente, es vengativo, ama, etc.

La Odisea es también un relato sobre las creencias religiosas del mundo antiguo y una descripción social completa de los usos, leyes y costumbres. ¿Podrá ser que contenga cifrado, entre sus versos, un detallado camino para tener acceso a metales preciosos o al bronce? La detallada descripción de las costumbres caníbales de algunos hombres, de los vientos dominantes y de la duración de cada etapa, la más larga de diecinueve días con sus noches, podrían indicar que también se trata de una saga que contiene las claves necesarias para dominar nuevas y provechosas rutas comerciales. 


J. W. WATERHOUSE

Quizás con las medidas del viaje de Telémaco se puedan determinar los puertos que son seguros o aquellos que se deben evitar. Las citas geográficas sobre la longitud de los días y la incapacidad de determinar la posición, al no diferenciarse el día de la noche, nos hacen imaginar la variación de latitud norte-sur  a la que podría hacer referencia la obra. Pero esta cuestión, especulativa donde la haya, no hace sino añadir otro atractivo punto de interés para aquellos interesados en  la lectura de esta obra fundamental.

miércoles, 22 de enero de 2014

ALYSSA MONKS



Es una pintora norteamericana, nacida en 1977, graduada en Bellas Artes en la New York Academy of Art
Desarrolla una pintura hiperrealista que es su manera de acercarse a la fidelidad de la fotografía; crea húmedos cuadros en los que representa, con gran habilidad, las imágenes de una persona bajo el agua, por ejemplo, en la ducha.




El agua y el vapor distorsionan el cuerpo en espacios poco profundos y, al mismo tiempo, generan una figuración abstracta de la persona. 



Los cuadros de la artista imitan el vidrio, el vapor, el agua y la carne como si se tratara de una fotografía durante el baño.




De todas formas no solo pinta con esta temática y las obras en que aparecen figuras en la cama resultan muy sugerentes.

sábado, 18 de enero de 2014

EDNA O’BRIEN, Las chicas de campo.

Esta novela me resultó atractiva por el tema, la juventud de dos mujeres en la Irlanda de los años cincuenta, y por la autora,  considerada como una de las escritoras más prestigiosas de habla inglesa y de la que no había leído nada.



La obra tiene 300 páginas en una edición muy cuidada y su título se refiere a esas chicas de campo que vivían en medio de un verde paisaje, bello pero también muy exigente. Las chicas, nacidas en la década de los treinta del siglo XX, son jóvenes que marchan del campo a Dublín en los años cincuenta.

Edna O’Brien (Irlanda, 1932) es una escritora que se diplomó en Farmacia, en 1950. Se casó en 1954 con el escritor Ernest Gébler, mucho mayor que ella, y tuvieron dos hijos. Se separó en 1964 y se fue a vivir a Londres. Su familia, bastante convencional, no veía con buenos ojos que se dedicara a la literatura, pese a ello escribió en 1960 Las chicas de campo, libro que fue quemado en el pueblo de la autora, porque hablaba de la libertad física de las irlandesas. En 1981 fue premiada por su obra de teatro Virginia, que se representó en Canadá, Londres y Nueva York. Ha escrito dos biografías, una sobre James Joyce (1999) y otra sobre Lord Byron (2009).



Destaca de esta novela la sencillez y autenticidad tanto en la manera de tratar el tema como en su prosa que es directa pero no por ello simple o banal. La autora es capaz de empatizar con los personajes (parece que Caithleen, la protagonista, tiene mucho de autobiográfico) y de resaltar los valores y sentimientos universales que, de una manera u otra, todos hemos sentido. Las dos jóvenes representan aspectos del carácter de la autora y sus enfrentamientos, tensiones e inseguridades son una muestra de las que cualquier persona puede tener en su etapa de juventud.

La historia se encuentra narrada en primera persona por Caithleen que vive en una granja en la que el padre, casi siempre ausente, es un hombre rudo condicionado por el alcohol. Cuando está borracho arremete contra su mujer a quien golpea e insulta. Caithleen es una adolescente melancólica que no es feliz pese a que tiene una gran capacidad para empatizar con las personas que hay a su alrededor, incluida su amiga Baba que la menosprecia en muchas ocasiones. Pese a que le gusta la granja, no dudará en abandonarla cuando se presente la ocasión. 

Me paseé mentalmente por todas las habitaciones; admiré las colchas de patchwork, las pantallas para las chimeneas hechas de miriñaque con ribetes rojos en los bordes, y las paredes húmedas pintadas con pintura al óleo de un verde pálido. Incluso llegué a abrir cajones para ver las cosas que mamá había guardado en ellos: viejos adornos de Navidad, frascos de perfume vacíos, ropa interior de seda por si algún día tenían que hospitalizarla, juegos de cortinas, y bolas de naftalina por doquier (p. 144). 

La adolescente Caithleen, siempre preocupada por la vuelta de su padre y el sufrimiento de su madre, consigue una beca que la llevará a un internado religioso junto con su amiga Baba, iniciándose una nueva etapa que acabará con las amigas viviendo solas en Dublín con dieciocho años. En medio se producen diversos sucesos, como la relación sentimental de Caithleen con un maduro abogado casado, que no desvelaré para no hacer spoiler.

(…) por el camino empezó a nevar. Los copos caían perezosos, con suavidad y en oblicuo contra el parabrisas. Caía la nieve sobre los setos y sobre los árboles de la lejanía, y despacio y en silencio mudaron de color y las formas de las cosas hasta que fuera del automóvil todo estuvo cubierto por un manto suave e inmaculado (p. 158). 

Una novela de aprendizaje con un desarrollo de la acción lineal que facilita mucho la lectura y que te engancha a esas dos jóvenes y al ambiente de campo del que proceden. Se trata de la primera parte de una trilogía que la editorial parece que va a traducir en breve. 

Se trata de una lectura interesante y agradable. Recomendable.

jueves, 16 de enero de 2014

UTOPÍA

J. W. WATERHOUSE

Cuando abrí U-TOPÍA lo hice para poder escribir sobre literatura, arte, poesía, cine, y otros temas que tenían cabida en mi particular cajón de sastre mental. 
Quería preservar este espacio de mi realidad y crear un lugar ajeno a ella, sin embargo perdí el rumbo parcialmente y se abrió paso, por diversas grietas, esa realidad y mi identidad. Así que acabé el año cerrando este espacio, sin embargo me he dado cuenta de que ya forma parte de mi y voy a intentar recuperar el rumbo inicial tras hacer algunas reformas, tapar algunas grietas, quitar humedades y pintar de nuevo un espacio que es tan mío que no puedo renunciar a él.

Espero acertar y que UTOPÍA sea más utopía que nunca.